El juicio por homicidio culposo contra Oscar Antonio Candussi, el dueño de la tomatera lindante a la casa donde vivía la familia de José Carlos “Kily” Rivero -un niño correntino de cuatro años que murió en el paraje Puerto Viejo por una intoxicación aguda presuntamente producto de las fumigaciones-, comenzará mañana en el Tribunal Oral Penal de Goya con la declaración de seis testigos.
Según confirmaron a Télam fuentes judiciales, el debate oral iniciará a las 9 y está previsto que declaren cinco testigos presentados por la fiscalía y uno por la defensa; se tratan de familiares y vecinas y vecinos de la familia Rivero y de ingenieros de la zona.
Durante el proceso, la querella y la fiscalía buscarán demostrar que la muerte de Kily -que según consta en el acta de defunción fue por falla hepática fulminante- fue producto de las fumigaciones en la tomatera lindante a su casa, de la que era dueña Candussi.
“La pena máxima es de 5 años de prisión con 10 de inhabilitación; una vez que se desarrolle el juicio definiremos qué es lo que pediremos como fiscalía”, señaló a Télam el fiscal del juicio Guillermo Rubén Barry, quien fue también fiscal de instrucción y del juicio oral del caso de la muerte de Nicolás Arévalo, otro niño que falleció en el mismo paraje un año antes que Kily por intoxicación con agrotóxicos.
Kily Rivero murió en el Hospital Garrahan de la ciudad de Buenos Aires el 12 de mayo de 2012, donde había llegado trasladado desde el Hospital Juan Pablo II de la ciudad de Corrientes, al que había sido derivado de un centro de salud de Goya por un cuadro de vómitos, dolor abdominal, fotofobia, decaimiento general, y un laboratorio que daba compatible con una insuficiencia hepática.
Durante su paso por el Hospital Juan Pablo II se envió una muestra de orina a la división química legal de la policía en la que se confirmó que tenía en su organismo organofosforado, de la familia de agroquímicos que se utilizan para el control de plagas e insectos.
“Unas semanas antes de que Kily empiece con síntomas se nos habían muerto las gallinas, los chanchos y los perros. Vivíamos en el Paraje Puerto Viejo, en Lavalle (a 15 kilómetros de Goya); nos habían prestado una casa que estaba pegada a un campo que tenía plantación de tomates”, contó a Télam Eugenia Sánchez, mamá de Kily, en el último aniversario de su fallecimiento.
Eugenia también perdió a su hija mayor, Antonella, quien en 2020 fue diagnosticada con un osteosarcoma (cáncer de hueso) y falleció unos meses después en el Hospital Garrahan donde había sido derivada para el tratamiento oncológico.
De hallarse culpable Candussi sería el segundo juicio que llega a condena de un productor por un delito de homicidio vinculado a los efectos de la práctica agrícola en la zona de Lavalle.
El primero fue el caso de la muerte de Arévalo, por el que se condenó a Ricardo Nicolás Prieto, dueño de una tomatera vecina, a tres años de prisión condicional por el delito de homicidio culposo y lesiones culposas contra Celeste Estévez, prima de Nicolás, quien logró sobrevivir pero con consecuencias irreversibles para su salud. Este fallo de primera instancia fue en diciembre de 2020 y debido a las apelaciones no está firme.
El Tribunal Oral Penal de Goya que llevará el juicio por la muerte de Kily está integrado por Jorge Antonio Carbone (presidente), Ricardo Diego Carbajal y Darío Alejandro Ortiz.
Además de la audiencia de mañana, están previstas otras dos el 6 y 8 de junio, jornada en que tendrán lugar los alegatos y la sentencia.
Fuente Télam