El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss, consideró que el sector es “fundamental en la búsqueda de un futuro sostenible” con su aporte a la eficiencia energética, con un ahorro que podría ser equivalente a “casi toda la energía que actualmente se importa”.
En una entrevista con Télam, Weiss advirtió sobre una falta de “conciencia clara de la necesidad de ahorro de energía en la comunidad”, ya que por lo general el problema es encarado como “una simple cuestión de oferta” sin reparar en “la naturaleza de la demanda”.
Weiss valoró que la Argentina es “parte de la avanzada en Latinoamérica” en materia de acciones sobre eficiencia energética, y destacó los trabajos de la entidad con el sector público.
Télam: ¿Qué acciones ha encarado Camarco en materia de eficiencia energética en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)?
Gustavo Weiss: Luego de que los ODS fueran aprobados en la Cumbre Mundial de Naciones Unidas en Nueva York, en septiembre de 2015, el Área de Pensamiento Estratégico de la Cámara realizó diversos estudios sobre la agenda de la construcción 2030 y el eje de la sostenibilidad. Puso en perspectiva el aporte de la industria de la construcción y propuso políticas públicas que permitan cumplir con las necesidades de inversión, reducción de la pobreza y mejoramiento del nivel de vida de los hogares.
Un desarrollo sostenible es el que busca satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras e involucra aspectos económicos, sociales y medioambientales. El crecimiento económico a largo plazo es un prerrequisito para ello y la eficiencia es clave para lograr esta meta. Camarco viene planteando desde hace varios años la necesidad de impulsar políticas integrales y sectoriales para apuntalar el crecimiento sostenido, aumentar el empleo y reducir la pobreza.
T: ¿Cómo es la interrelación al respecto con el sector público y el privado, tanto el empresarial como el profesional?
G.W.: Existe una constante vinculación con algunos ministerios, en particular los de Obras Públicas y Desarrollo Territorial y Hábitat, así como la secretaría de Industria y Desarrollo Productivo. Con esta última, podemos mencionar una importante colaboración técnica, dentro del Consejo para el Cambio Estructural, donde se busca promover el desarrollo de políticas públicas productivas, con una visión de largo plazo.
En ese marco, se realizó un importante trabajo conjunto de análisis de las mejoras constructivas en la envolvente y del equipamiento interior de un modelo de edificio estándar de Argentina. Se estudió cómo impactan en el consumo energético de las viviendas.
En cada caso, se analiza la amortización en el tiempo de dichas mejoras, los ahorros energéticos, económicos y en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) producidos a lo largo de su vida útil. Se trata de identificar cuáles son las mejoras que generan mayor reducción en el consumo de energía y en las emisiones, con los menores costos posibles.
T: ¿Cómo ubicaría a la Argentina en cuanto al desarrollo de actividades tendientes a mejorar la eficiencia energética en la construcción?
G.W.: Afortunadamente las actividades a favor de la eficiencia energética se expanden rápidamente. La Cámara trajo el tema a colación en su Convención Anual de 2008, aportando la experiencia en Europa. Creemos que el país fue parte de la avanzada en Latinoamérica, pero debemos destacar que el tema ya es un punto en la agenda de la Federación Interamericana, desde hace años, y existen grandes progresos en varios países de la región
T: ¿Cree que la sociedad tiene cabal conciencia de la necesidad del ahorro energético?
G.W.: Creemos que no existe una conciencia clara de la necesidad de ahorro de energía en la comunidad. Hay una tendencia a reducir la problemática energética a una simple cuestión de oferta, y se elude un aspecto fundamental del problema: la naturaleza de la demanda.
Por otra parte, hay un creciente consenso en la comunidad científica que el calentamiento global es, en buena parte, producto del uso excesivo de combustibles fósiles. A nivel local, desde hace una década, la producción nacional de energía no logra satisfacer la demanda y nos vemos obligados a importar casi el 20% de la energía que usamos, con un impacto muy significativo en las cuentas públicas y en la balanza comercial.
En este escenario, la alternativa de usar más eficientemente nuestros recursos energéticos es crucial. Al usar menos combustibles para hacer las mismas actividades mitigamos las emisiones de GEI, preservamos nuestros recursos y disminuimos los gastos en energía de los usuarios.
La construcción juega un rol fundamental en la búsqueda de un futuro sostenible. Mientras los artefactos domésticos tienen una vida útil de unos cinco a 10 años, las viviendas y edificios tienen perdurabilidades que exceden los 60 años. De este modo deficiencias en la construcción no sólo tienen un impacto en el consumo presente, sino que sus efectos se extienden a lo largo de muchas décadas. La inclusión de la eficiencia energética en la construcción debe ser encarada en forma urgente y prioritaria. Los ahorros potenciales de energía en los edificios, con tecnologías conocidas y de mercado, podrían conducirnos al autoabasteciendo de manera segura y sostenible.
Los consumos de energía para calefacción y refrigeración en viviendas y edificios, pueden disminuirse en más del 50% con diseños adecuados, buena aislación térmica y usando productos disponibles en el mercado. Cumpliendo las normas de aislación térmica IRAM existentes actualmente, se podría lograr ahorrar casi toda la energía que actualmente se importa.
Fuente Télam