El papa Francisco se reunió hoy en Marsella con el presidente francés, Emmanuel Macron, en un encuentro de media hora en el que hablaron de la Argentina, las guerras en Ucrania y Nagorno Karabaj, la situación de la migración a través del Mar Mediterráneo y el inminente proyecto para legalizar la eutanasia en el país europeo.
En lo que fue su cuarto encuentro bilateral desde la llegada al poder del político francés en 2017, el pontífice y Macron se reunieron en una sala del Palacio Faro, en donde el Papa dio hoy un discurso sobre migración en el Mediterráneo frente a obispos y jóvenes de la región.
“Los dos jefes de Estado hablaron de cuestiones internacionales y de las zonas de crisis actuales, como la situación en Ucrania, África y Nagorno Karabaj”, indicó un comunicado del Eliseo brindado a los periodistas que acompañan al Papa en su viaje, entre ellos un enviado de Télam.
“También hablaron de Argentina, país de origen del Papa”, destacó el Gobierno francés, sin dar más precisiones.
“También pudieron intercambiar puntos de vista sobre el medio ambiente y la inmigración, dos preocupaciones que comparten y que reúne la zona mediterránea”, añadió el texto.
La reunión se dio mientras Macron se prepara para presentar un proyecto de ley para legalizar la eutanasia y el suicido asistido, dos prácticas a las que el Vaticano se opone.
Según la prensa francesa, Macron pensaba presentar el proyecto la semana pasada, pero decidió posponerlo hasta que termine la visita de dos días que el Papa inició ayer.
Antes de la reunión, de hecho, Francisco se preguntó durante su discurso “¿quién escucha los gemidos de los ancianos solos que, en lugar de ser valorados, son aparcados, con la perspectiva falsamente digna de una muerte dulce, pero que en realidad es más salada que las aguas del mar?”, en una referencia implícita a la eutanasia.
Más allá de los encuentros en persona, Macron y el Papa tuvieron cinco diálogos telefónicos desde 2018, en los que trataron temas como el Acuerdo climático de París de 2015, el incendio de la catedral de Notre-Dame o el atentado contra la basílica de Niza.
Fuente Télam