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Escritora y activista ucraniana Victoria Amelina, herida de gravedad por misil ruso 

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La reconocida escritora y activista ucraniana Victoria Amelina, cuyo libro “Un hogar para Dom” fue traducido recientemente al español, resultó herida de gravedad cuando cenaba junto al escritor colombiano Héctor Abad Faciolince, durante un ataque ruso con misiles sobre la ciudad de Kramatorsk, en la provincia Donetsk de Ucrania, trascendió hoy en la prensa internacional.

La editorial Avizor condenó el bombardeo contra la población civil y expresó su preocupación por la salud de Amelina, la novelista de 37 años que al momento del ataque se encontraba en una pizzería junto a los colombianos Abad Faciolince y Sergio Jaramillo, activistas de la organización pacifista Aguanta Ucrania, quienes resultaron con heridas leves.

“Otro de los muchos actos heroicos de Putin, atacar con misiles una pizzería llena de civiles. Entre ellos Héctor Abad Faciolince, Sergio Jaramillo, Catalina Gómez y Victoria Amelina. El resultado de esta nueva acción heroica: nueve muertos (tres niños) y cincuenta heridos”, se lee en algunas de las repercusiones que el hecho tuvo en Twitter.

Bajo los escombros del local -parte de un shopping- adonde solían reunirse los corresponsales extranjeros “se han recuperado cuerpos de tres niños, dos nacidos en 2008 y uno en 2011”, consignó la prensa internacional.

“Mientras cenábamos en el restaurante RAI pizzería de Kramatorsk con Victoria Amelina, una extraordinaria escritora ucraniana, y la gran periodista Catalina Gómez, fuimos objeto de un ataque de Rusia con un misil crucero lanzado contra el restaurante, que hace parte además de un complejo comercial”, explicaron Abad Faciolince y Jaramillo en un comunicado reproducido por esa misma red social luego del atentado.

“Sergio Jaramillo, Héctor Abad Faciolince y Catalina Gómez estamos bien y sólo sufrimos heridas leves. Pero Victoria Amelina se encuentra en estado crítico por una lesión en el cráneo, causada probablemente por los vidrios y las vigas que volaron”, señalan en el texto donde recuerdan que “la población de Kramatorsk ya “en abril” pasado “había visto morir a 63 civiles cuando Rusia lanzó un misil sobre la estación del tren”, lo que definieron como “un acto de barbarie”.

Madre de un niño de 10 años, autora de libros infantiles y novelas y reconocida con premios como el Joseph Conrad, Amelina se había alejado de la escritura literaria, dedicada a documentar los crímenes y consecuencias de la guerra sobre el patrimonio cultural en Ucrania, su país natal. 

Anoche fue rescatada entre los escombros y trasladada al hospital de la Kramatorsk desde donde fue derivada a la ciudad de Dnipro en busca de alguna solución para salvar su vida, informó el diario El País, de España.

“No creo que el derecho y los derechos humanos sean campos reservados para personas con título. La ley se trata de seres humanos o al menos debería tener a las personas en el centro; eso es lo que hace que el derecho se asemeje a la literatura”, había dicho Amelina al periódico Kyiv Times, tras el ataque de abril a la estación ferroviaria de Kramatorsk.

En pleno ascenso de su carrera -estuvo entre las y los finalistas del Premio de Literatura de la Unión Europea-, Amelina aseguraba que, dada la crisis humanitaria que atraviesa su país, se le hacía “imposible escribir de otra cosa que no sea la guerra”.

La escritora forma parte del grupo ucraniano de investigadores Sabuesos de la Verdad, donde, por un lado, junto a otras escritoras locales porque los varones están movilizados por la guerra, documenta el patrimonio cultural destruido, como museos, bibliotecas y teatros; y, por el otro, deja constancia de los crímenes de lesa humanidad cometidos tanto por soldados o civiles, ucranios o rusos: violaciones, robos, asesinatos, apropiación de niños, destrucción de hogares. 

La novela publicada por el sello Avizor en español, “Un hogar para Dom”, y traducida por Oksana Gollyak y Frederic Guerrero Solé, cuenta la historia de una familia ruso-ucrania desde la mirada de un perro, otra forma de entender los conflictos identitarios de muchas familias de Ucrania, atravesadas por décadas de administración soviética.

Fuente Tèlam

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