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Mariano Llinás vuelve a deleitar al Bafici con su documental experimental “Clorindo Testa”

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El reconocido cineasta independiente Mariano Llinás presentó en el Bafici su original documental experimental “Clorindo Testa”, que repasa el vínculo entre el célebre arquitecto, el padre del director en su rol de autor de un libro homónimo sobre su amigo, y el propio realizador, en una película pletórica de referencias y atravesada por la destreza habitual del director para romper y crear estructuras narrativas.

En la función estreno del filme en la sala Leonardo Favio del Cine Gaumont, Llinás fue presentado y destacado por el director artístico del Festival, Javier Porta Fouz, como uno de los referentes con mayor trayectoria de la historia del Bafici, y recordaron la proyección del debut del director en 2002 con “Balnearios”.

Desde entonces, la carrera y el prestigio de Llinás dentro del Festival despegó con “Historias extraordinarias” en 2008, por la que se llevó el Premio Especial del Jurado de la selección argentina y, diez años después, se consagró definitivamente con el galardón principal por “La flor”.

“Clorindo Testa”, según se encarga de aclarar Llinás enfáticamente al principio de la cinta, pero también a lo largo de sus 100 minutos de duración, es definida por lo que no es: no es una película sobre el arquitecto ni una sobre el padre del director, Julio Llinás, publicista, crítico de arte y poeta que era amigo de Testa y había escrito un libro sobre él. La problemática de lo que sí es representa, adrede, el principal interrogante sobre el proyecto a lo largo de su totalidad. Según muy humorísticamente se empeña por definir su director, es una película sobre el libro “Clorindo Testa” de Julio Llinás.

Lo cierto es que el nuevo experimento de Llinás podría ajustarse a esa descripción argumental, pero es mucho más que eso: muchas cosas al mismo tiempo. La aproximación que elige el director es narrativamente estimulante e incluye secuencias dentro de un cuarto de montaje que van mostrando el desarrollo del documental a la vez que se va haciendo a sí mismo desde la edición y las decisiones en ese ámbito.

La comedia documental innova por varios frentes y funciona muy bien. Si bien Llinás ya tiene acostumbrado a su público a desafiar las estructuras narrativas y jugar con ellas, en este caso acomete un par de vueltas más, hasta el punto de tornarse todo extremadamente meta-referencial.

El filme brilla en virtud del característico humor del director y a partir de la aparición de su madre, su hermana Verónica y de su pareja, Laura Paredes, actriz que con su única aparición en el documental aportó uno de los momentos más cómicos, al señalarle a Llinás que no estaba dejando hablar a su primo cuando lo fue a entrevistar respecto de un proyecto suyo sobre Testa, seguramente una manera del propio realizador de reírse de sí mismo, habida cuenta de su potencial para la verborragia

La constante autoparodia lleva a los espectadores a buenos lugares y la película fluye con más apariciones estelares del universo de Llinás, como su amigo y socio en la productora El Pampero, Agustín Mendilaharzu, director de fotografía de esta y otras películas del director, quien le señala en el cuarto de montaje que el proyecto no es sobre Clorindo Testa ni sobre el libro sobre él escrito por su padre, sino sobre el mismísimo Julio Llinás.

La aseveración de Mendilaharzu, último ganador del máximo galardón del Bafici, junto a su pareja, Constanza Feldman, por su ópera prima “Clementina”, terminó por definir algo que ya podía sospechar el espectador: aquello era, en realidad, una película sobre el padre de Mariano, algo que él buscaba evitar desde un primer momento.

Pero, en rigor, la figura del publicista, que en su época fue conocido y relevante, abre la puerta para abarcar otras temáticas más históricas, sociales y culturales con Julio como disparador, más que como evocación, como el caso del periodista Marcelo Gioffré, autor de una columna de opinión para el diario La Nación que escandalizó hace un año a la familia Llinás, al trazar un paralelo entre el padre del realizador y la Argentina como país para describir el auge y la decadencia de ambos.

Candidata fuerte para la competencia argentina, tanto por el peso que le aporta el nombre de Llinás a la cinta como por los propios méritos de la película, el muy logrado documental experimental se podrá ver mañana a las 15 en la sede central de la Alianza Francesa y el próximo miércoles a las 21.30 en el Centro Cultural San Martín.

(Por Martín Olavarría)

Fuente Télam

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