El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, Mario Poli, afirmó hoy que “ante un nuevo proceso electoral”, se genera “una inmejorable oportunidad para que los candidatos manifiesten su vocación de servicio y aprovechen sus palabras para hacer docencia democrática, con propuestas claras y realistas y sin descalificar a los que compiten” y además llamó a la “urgente unidad de los argentinos”, al encabezar el Tedeum por los 223 años de la Revolución de Mayo de 1810.
“Ante un nuevo proceso electoral para elegir a quienes aspiran conducir la Nación, vemos una inmejorable oportunidad para que los candidatos manifiesten su vocación de servicio y aprovechen sus palabras para hacer docencia democrática, con propuestas claras y realistas, sin descalificar a los que compiten; con un lenguaje nuevo que promueva la solidaridad y devuelva al pueblo la confianza y el deseo de participar en la construcción de un destino común”, señaló el cardenal Poli en la homilía que pronunció por el 25 de mayo.
Ante la presencia del presidente Alberto Fernández y varios ministros del Gabinete nacional y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en la Catedral Metropolitano, el arzobispo de Buenos Aires envió un mensaje a los políticos de cara a las próximas elecciones al recordar las palabras del papa Francisco, quien consideró que “‘la política s más noble que la apariencia, que el marketing, que distintas formas de maquillaje mediático”.
“Todo eso lo único que logra es sembrar división, enemistad y un escepticismo desolador incapaz de apelar a un proyecto común. Necesitamos aceptar que toda democracia padece momentos de conflictividad. En esas situaciones complejas, alimentar la confrontación buscando culpables en el pasado o en el presente, puede parecer el camino más fácil, sembrando desconfianza y alimentando más enfrentamientos. Pero el modo más sabio y oportuno de prevenirlas y abordarlas es procurar consensos a través del diálogo”, planteó Poli.
Y continuó: “Debemos admitir con humildad, que si hablamos de un debilitamiento y descrédito de nuestra democracia, sus causas hay que buscarlas en la suma de responsabilidades compartidas de todos”.
Durante la homilía, señaló que “aun con todos los límites de un sistema en manos humanas, nuestro régimen democrático ha probado ser el más óptimo ordenador de la vida civil, garantizando libertades, favoreciendo procesos de inclusión y promoviendo derechos sociales”.
En otro pasaje del mensaje en la celebración religiosa, Poli hizo “un llamado urgente a la unidad” de los argentinos para que “todos sean uno”.
“Si bien esta exhortación estaba dirigida a las primeras comunidades de creyentes ante el peligro de las fragmentaciones, el supremo valor de la unidad no excluye a nadie, y su proyección en la historia sobre las aspiraciones humanas siempre será un ideal a lograr”, remarcó.
El primado de la Argentina, también citó al libro Martín Fierro, de José Hernández, al sostener que “la poesía icónica por excelencia de los argentinos grabó en la memoria popular la consigna: ‘Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera'”.
Al respecto a los patriotas de 1810, sostuvo que “en un tiempo de desconcierto y confusión, se mantuvieron unidos en un ideal que les permitió superar diferencias y perseverar firmes en la convicción de asumir la representación de un pueblo ya maduro, para regir sin tutelas una patria independiente y soberana”.
“El 25 de Mayo no es un feriado más para los argentinos. Es el acontecimiento constitutivo de nuestra identidad; obliga volver a recordarlo, es decir, pasarlo por el corazón. Si no recordamos agradecidos de dónde venimos, difícilmente podremos avanzar hacia dónde queremos ir como Nación”, subrayó.
Poli aseguró que “eso nos permitió superar el gran drama de la guerra fratricida, conocer tiempos de progreso y convivencia pacífica, entre otros tantos logros”.
“Son páginas vivas de nuestro acervo cultural y de permanente cátedra docente que nos advierten que la deseada unidad prevalece sobre el conflicto”, apuntó.
En el Tedeum, el arzobispo de Buenos Aires destacó también que “recientes estudios de campo” demuestran “la sensible desigualdad que existe en un amplio sector de la población más vulnerable”.
“Es de información pública que seis de cada diez niños, niñas y adolescentes argentinos son pobres y ese porcentaje se visualiza más crudamente si consideramos que alcanza a 8.200.000 menores de edad, de los cuales hay más de 4.200.000 con carencias alimenticias”, enfatizó.
Fuente Télam