La madre de Gonzalo Domínguez, uno de los cuatro adolescentes asesinados en la denominada “Masacre de Monte”, ocurrida en mayo de 2019 en San Miguel del Monte, recordó hoy la noche de los hechos y pidió al jurado popular que juzga a cuatro efectivos de la policía bonaerense que reconozca que se trató de “un hecho de violencia institucional”.
“Cuando lo asesinaron a Gonzalo, me asesinaron a mí. Por eso le pido al jurado que reconozca que esto fue violencia institucional. A mi hijo lo asesinaron con alevosía. Necesito justicia por Gonzalo y sus amigos”, pidió emocionada Susana Ríos al declarar como testigo ante los doce jurados y la presidenta del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Plata, Carolina Crispiani, quien modera el debate.
La declaración de Susana comenzó pasadas las 10.30 y abrió la segunda audiencia que tiene como imputados al excapitán de la policía bonaerense Rubén Alberto García y a los oficiales Leandro Ecilape, Mariano Ibáñez y Manuel Monreal, quien se retiró de la sala tras pedir no escuchar los testimonios de los familiares de las víctimas.
Presenciando la declaración de Susana, se encontraban en la sala de audiencias la única sobreviviente del hecho, Rocío Quagliarello (17) -de entonces 13 años-, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti, y el subsecretario de DD.HH. bonaerense, Matías Moreno.
Durante su declaración testimonial, la mamá de Gonzalo Domínguez contó que interpretó como “algo normal” que su hijo saliera con Danilo Sansone rumbo a la plaza de San Miguel del Monte el día de los hechos, aunque, con el pasar de las horas, le pareció que era “rarísimo” que no le contestara el teléfono ya que “era un hijo excelente”.
“Le dije que no venga tarde porque teníamos a su padre internado en La Plata por un ACV isquémico y teníamos que madrugar. A la madrugada me enteré había pasado un accidente en la ruta de un Fiat 147. A las 4.30 se me despertó un sexto sentido como madre. Me fui al hospital, pero lo vi lleno de gente, no me animé a entrar. Di la vuelta y cuando llego a mi casa, veo que para una moto con dos personas que me dijeron que Gonzalo estaba en el auto”, relató con lágrimas en sus ojos Susana.
A continuación, la mamá de la víctima contó que volvió al hospital, donde se encontró con la intendenta de aquel entonces Sandra Mayor y los funcionarios municipales Hugo Medus y Claudio Martínez, quienes le negaron que hubieran existido disparos contra el Fiat 147 en el que viajaba Gonzalo.
“Después de eso sale una médica que me dice que había un cuerpo sin reconocer. Le dije que quería entrar a verlo. Cuando entro a la sala había cuatro cuerpos tapados. Me llevan al cuerpo y con solo verle las medias iba a saber si era mi hijo o no. Le destaparon los pies y alcancé a ver sus pies y su ropa interior. Pedí que si su carita no estuviera destrozada, quería verlo, le descubrieron la cara y le veo con un golpe muy fuerte en la sien. Salí de ahí destrozada: había perdido a mi Gonzalo”, recordó.
“Gonzalo era un chico normal, tenía una vida muy tranquila en Monte, tenía todo muy cerca. Practicaba todos los deportes. Él era mi compañero, me sacaron todo. Su muerte dejó a toda una familia destrozada”, expresó la mujer.
Tas el testimonio de Ríos, está previsto que sigan declarando los padres del resto de las víctimas de la denominada “Masacre de Monte”, quienes recién entonces podrán ingresar a la sala de audiencias de los tribunales platenses para presenciar las audiencias como particulares damnificados.
El juicio se inició ayer con la elección del jurado popular que dentro de 10 días deberán definir si los policías imputados son culpables o no culpables de los delitos de “homicidio agravado por abuso de función como miembro de las fuerzas policiales calificado por el empleo de armas de fuego, y violación de los deberes de funcionario público”.
En los lineamientos de la acusación, el fiscal de juicio Mariano Sibuet dijo que los policías imputados cometieron un “acto atroz”, que actuaron de manera “inmotivada” y afirmó que las víctimas, “al verse rodeadas”, vivieron momentos de “terror, angustia y miedo”, por lo que le solicitó al jurado popular que “emitan un dictamen justo para hacer honor a la justicia”.
Por parte de la querella, en tanto expusieron en esa línea Bárbara Juárez, del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que se presentó como querellante institucional en el juicio; Ricardo Minoli, tío y representante legal de Quagliarello; la abogada particular de las familias Domínguez y Suárez, Dora Bernardez; y Margarita Jarque, de la Comisión Provincial de la Memoria (CPM) y patrocinante de los familiares de Danilo y Camila.
En sentido contrario expuso la defensa de los policías Monreal, Ibañez y García, encabezada por el abogado Guillermo Baqué, quien le endilgó la responsabilidad de los hechos a Aníbal Suárez, a quien acusó de manejar en estado de ebriedad, de huir de la policía tras conducir en zigzag, a la vez que manifestó que ese joven “también emborrachó a los adolescentes”.
Finalmente, cerró la jornada el abogado de Leonardo Ecilape, Marcelo Di Siervi que, al igual que Baqué, justificó el accionar policial.
La denominada “Masacre de San Miguel del Monte” ocurrió la madrugada del 20 de mayo de 2019, cuando efectivos de la comisaría local persiguieron a lo largo de la colectora de la ruta 3 a un Fiat 147 en el que viajaban cuatro adolescentes, tres de 13 años y uno de 14, junto a un joven de 22.
Los cinco chicos escuchaban música cuando los oficiales comenzaron a perseguirlos sin motivos y, de acuerdo a los registros de las cámaras de seguridad del municipio, a dispararles, ya que se observó a un efectivo en el lugar del acompañante de la patrulla, con medio cuerpo afuera y en actitud de disparo.
A raíz de ello, el auto en el que iban los jóvenes chocó contra un acoplado que estaba detenido en la ruta.
Fuente Télam