El caso de la joven que fue violada en abril del 2015 luego de abordar un taxi a la salida de un bar en el barrio de Colegiales aún sigue impune, dado que el abusador Tito Franklin Escobar Ayllon es uno de los prófugos por el que se ofrece una de las mayores recompensas económicas en el país y los peritos elaboraron diez posibles rostros que puede tener el sospechoso con el paso de los años, mientras crece la sospecha de que está escondido en Bolivia.
Fuentes policiales aseguraron a Télam que los principales indicios apuntan a que Escobar (53) se encuentra oculto en la República Plurinacional de Bolivia, de donde es oriundo, aunque los investigadores señalaron que si bien hay constantes comunicaciones entre las fuerzas policiales de los dos países, “no hay respuestas positivas”.
“Constantemente interactuamos con la Policía Boliviana e intercambiamos datos, pero lamentablemente no tenemos respuestas. Algunos países son más difíciles que otros para la cooperación internacional”, señaló a esta agencia una fuente policial.
De acuerdo al Registro Nacional de Reincidentes (RNR), Tito Franklin aparece entre “los más buscados” acusado de haber cometido el delito de “abuso sexual agravado” en perjuicio de Manuela Ponz (28) el 18 de abril de 2015.
Esa madrugada, la joven se dirigía hacia su domicilio luego de salir de un bar del barrio de Colegiales a bordo un taxi Chevrolet Spin que era manejado por Escobar, quien, en un trayecto del viaje, atacó sexualmente a Ponz.
Cinco días después del hecho, el juez en lo criminal de instrucción 2 Manuel Gorostiaga, emitió un pedido de captura internacional de “código rojo” para el abusador, mientras que el Ministerio de Seguridad de la Nación ofrece actualmente $5.000.000 por quien aporte datos sobre su paradero.
A partir del pedido de detención del hombre de nacionalidad boliviana, pesquisas de la Policía Federal (PFA) diseñaron diez posibles caracterizaciones del abusador mediante un fotomontaje, donde se lo ve con diferentes cortes de pelo, utilizando varios tipos de gorros y con anteojos de sol.
Por su parte, quien sufrió la agresión sexual de Escobar en 2015, Manuela Ponz, señaló a Télam que descree las versiones que ubican al taxista en Bolivia y aseguró que “nunca se estuvo cerca” de encontrar su atacante.
“Hay momentos cruciales en las investigaciones y en este caso se perdieron desde un primer momento. Obviamente que seguimos solicitando recursos en el juzgado para mover la causa, pero no depende solo de la Justicia. También entran en juego auxiliares policiales que hacen las investigaciones de paradero”, afirmó en diálogo con esta agencia Ponz, quien se desempeña actualmente como abogada penalista.
En ese sentido, Manuela Ponz agregó que “a esta altura es muy difícil” que Escobar sea localizado y afirmó que tampoco se encuentra abocada a impulsar el proceso.
“Sostener todo esto yo sola, con los pocos recursos que tengo, es muy difícil. El Estado me podría acompañar, pero no lo hace”, describió la abogada penalista, que aclaró que no suele dar notas sobre el tema ya que siente que “no hay nada más qué decir al respecto”.
“Quienes tienen que hablar son los funcionarios judiciales, que le empiecen a preguntar al Estado. Por ejemplo, Manuel Gorostiaga, el juez a cargo de la causa. Sería interesante que ellos explicaran por qué el tipo sigue prófugo”, manifestó.
Si bien Ponz contó que hoy en día no tiene nada que ver “con aquella chica de 20 años”, indicó que se mantiene con “sensaciones inconclusas” ya que Escobar nunca fue localizado por las autoridades.
“Después de los años, hay una cuestión de historia no cerrada. Pasan días que siento que este tipo va a volver y me va a hacer más daño. Son secuelas que uno trata de combatirlas y salir adelante. Que la Justicia no haga su parte te arrastra a ese lugar”, describió.
Luego, la joven recordó la gran cantidad de entrevistas a medios por las que pasó luego de la noche del 18 de abril: “Yo vivía con la presión de hablar con los medios, fue una cuestión contra mi voluntad. En ese entonces era muy crédula de la Justicia y me decían que si hablaba, la investigación iba a avanzar más rápido. En ese momento, no estaba tan socializado que exponer públicamente a una persona que fue violada es revictimizante”.
A raíz de lo sucedido, Ponz escribió y publicó en 2022 el libro “La mala víctima” en el cual cuestiona “el estándar de lo que es ser una buena víctima que propone el sistema patriarcal”.
“Por más que en el momento te parezca asqueroso y desagradable, entiendo que las víctimas sigamos siendo siempre víctimas es parte de un aleccionamiento patriarcal”, explicó.
Al respecto, la joven agregó: “La violación y yo es un todo. El libro que escribí habla de eso. Tampoco hay que renegar de las cosas que le pasan a una. Por suerte pude ayudar a muchas mujeres y oficiar de sostén desde el punto de vista emocional”.
Ponz aseguró que, a pesar de que Franklin Escobar sea capturado y condenado, “van a seguir habiendo casos de abuso” ya que son “un síntoma de una enfermedad social”.
“Es un problema cultural. Lo único que tiene para ofrecer nuestro sistema es castigo. Pero por más que lo agarren, violadores van a seguir habiendo. No tengo una postura punitivista. Tiene que haber una búsqueda de educar con otros valores. Hay una cuestión muy profunda desde lo cultural para laburar”, concluyó.
Fuente Télam