El arzobispo de Salta, Mario Cargnello, presidió hoy el Vía Crucis de los Jóvenes y la Familia por el que llegó a pie hasta la cima del cerro San Bernardo, en la capital salteña, y pidió a la juventud que no dude en “dar una mano”, para que el mundo pueda tener “más rostro de felicidad”.
“En un mundo donde muchos están muriendo en guerras, ustedes son jóvenes, tienen salud y posibilidades. Aprovechen y no duden en dar una mano si ven que pueden hacerlo. Entonces el mundo será distinto y podrá tener más rostro de felicidad”, expresó Cargnello.
El arzobispo encabezó hoy el Vía Crucis de los Jóvenes y la Familia, que partió desde la Cruz del Congreso Eucarístico, en el Paseo Güemes de Salta, para dirigirse hasta la cima del cerro San Bernardo, por las escaleras, atravesando por las 14 estaciones.
Cientos de jóvenes acompañaron a Cargnello, que al llegar ofició una misa en la que pidió apostar “al amor concreto del servicio a los hermanos”, tras lo que instó a no confiar “en el dinero, la fama, el poder económico o político”, porque “no tienen rostros”.
En este sentido, se refirió a la necesidad de “confiar en alguien que nos ayude a vivir”, para lo que destacó la importancia “del rostro de Jesús” y consideró fundamental “darle a la gente una razón para que, desde adentro, se levante y quiera trabajar, ahorrar, unirse, salvar la familia y sacrificarse por sus hijos”.
La Pasión de Jesús se celebraba también esta tarde con un Vía Crucis en la plaza 9 de Julio, que saldrá desde la Catedral Basílica de Salta con la imagen del Cristo Peregrino del Milagro.
Fuente Télam