La icónica obra del artista flamenco Quinten Massys que se conoce popularmente con el nombre de “La duquesa fea” y que inspiró el personaje de la duquesa en el clásico infantil “Alicia en el país de las maravillas” forma parte de una muestra inaugurada recientemente en la National Gallery de Londres que busca reflexionar sobre la representación de las mujeres desde el Renacimiento hasta la actualidad.
Con su rostro de contorno ovoide atravesado por arrugas y un reparto desparejo de proporciones que desafía las búsquedas estéticas del período renacentista en el que fue concebida la obra, el retrato de la duquesa se exhibe hasta el 11 de junio en la famosa sala de exhibiciones londinense como una oportunidad para rediscutir las nociones de belleza en tiempos donde el arte y la cultura intentan emanciparse de los relatos hegemónicos que trazaron las colecciones de museos y salas de exhibición.
Titulada “La Duquesa fea: Belleza y sátira en el Renacimiento”, la muestra se centra en las percepciones renacentistas que a través de cuadros alentaron estereotipos de mujeres horrendas, mayores y desagradables que persisten en la actualidad, precisamente para mostrar que la obsesión con la belleza no es un mandato exclusivamente contemporáneo.
La duquesa fea -pintada deliberadamente de esa manera por el artista- salta a la vista por su “edad, apariencia y comportamiento que son notablemente diferentes a otras mujeres representadas en la colección”, destaca a la prensa inglesa Gabriele Finaldi, director de la galería.
La National Gallery informa que sus rasgos faciales exagerados, su tocado diabólico, su vestido escotado y su pecho arrugado fueron utilizados por Massys para parodiar el tradicional retrato matrimonial: se trata de una anciana que actúa como una “doncella” y ofrece a su pareja -que está vestida de manera más formal y sobria- “una muestra no correspondida de su amor”.
“Esta clase de obras hacen palpables los cambios que se estaban produciendo en la sociedad, especialmente en su consideración sobre las mujeres. Mujeres que, habiendo sido adoradas en la Edad Media ahora pasan a ser criaturas claramente más mundanas, sin dejar de lado otras consideraciones más elevadas como las de la donna angelicata”, explican desde el texto curatorial de la célebre pinacoteca.
“Massys fue uno de los primeros en fomentar esta manera satírica de representación, estilo que mostró en toda una selección de obras. Estas nuevas representaciones fueron satirizadas y demonizadas en el Renacimiento”, indican.
Arrugada, con papada y lejos de ser atractiva, “An Old Woman” (Una vieja mujer”), tal el título original del cuadro, es una de las pinturas más destacadas de la National Gallery. Se la conoce como “La duquesa fea” después de que se convirtiera en la inspiración para el dibujo que hizo Sir John Tenniel de la infame duquesa en “Alicia en el país de las maravillas”, la famosa obra de Lewis Carroll.
Algunos atribuyeron su fealdad para los cánones convencionales de belleza a la rara enfermedad de Paget, que ocasiona hipertrofia en los huesos. Para el director de la National Gallery, “lo que se intenta en la exposición es ir un poco más allá del tópico de la ‘duquesa fea’ y examinar conceptos de belleza y fealdad en el Renacimiento”.
Cinco siglos después de que Massys haya completado su pintura y 150 años después de la interpretación de Tenniel para la obra de Carroll, nuevas perspectivas conjeturan que la “retratada” no sería una anciana o una duquesa sino un hombre travestido.
“Sí, lo más probable es que sea un hombre”, indicó la curadora de la muestra, Emma Capron, una de las principales expertas en arte del Renacimiento del mundo al periódico The Guardian.
Para algunos investigadores, el rostro de la figura es parecido al de un hombre, al igual que los hombros anchos y caídos, aunque también tiene senos prominentes y ropa femenina. “Los senos, con su escote descarado y escandaloso, son una fantasía de Massys”, indicó Capron.
El pintor también se sintió atraído por lo extraordinario y los “inadaptados”, haciendo puntos satíricos en algunos de sus trabajos, incluso en retablos. “Y sí, estoy de acuerdo en que el rostro de An Old Woman se parece al de un hombre”, coincidió
Koen Bulckens, del Museo de Bellas Artes de Amberes, donde el artista flamenco se basó durante gran parte de su carrera.
La exposición, que estará abierta hasta mediados de junio, incluirá otras obras que cuestionan las actitudes hacia la sexualidad y la representación de la mujer en el arte europeo de finales del siglo XV y principios del XVI. Incluyen la temible bruja cabalgando al revés sobre una cabra de Albrecht Dürer y varias obras de Leonardo Da Vinci y sus seguidores.
“Las imágenes, a veces grotescas, a veces simplemente fantasiosas y satíricas, son en parte metáforas del desorden social de la época -sostuvo Capron-. Y también son artistas que simplemente se divierten”.
Fuente Télam