La Secretaría de Comercio fijó nuevos precios de referencia sin impuestos de la harina a la salida del molino, a través de la Resolución 269/2023 publicada hoy en el Boletín Oficial, en el marco del Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA).
Así, los valores que regirán desde hoy para las bolsas de 25 kilogramos quedaron establecidos en $ 1.764 para la harina 000 y en $ 2.117 para el tipo 0000; en tanto que para la harina tapera y semolín se fijó en $ 2.293.
En el caso de la tonelada, se estableció en $ 69.237 para la harina 000 y en $ 83.092 para la 0000; y para tapera y semolín $ 90.000.
Los nuevos precios representan un aumento de 3,22% respecto al último incremento fijado a mediados de febrero pasado.
Las subas tienen en cuenta como referencia las variaciones del precio FAS del trigo en un 40%, la de la inflación mayorista en un 30% y la de los salarios en el otro 30%.
Los precios son sin impuestos, a la salida del molino, sin costos de entrega, y a ellos se les debe incorporar los siguientes costos logísticos por región: ciudad y provincia de Buenos Aires, 3,50%; Centro, Cuyo y Litoral, 5,50%; NEA y NOA, 7% y Patagonia, 10,5%.
El aumento de hoy –señalan los considerandos- es “consecuente con la evolución del resto de los componentes del costo de los productos derivados de la harina de trigo” y se ubica en línea con las actualizaciones mensuales previstas por el programa Precios Justos.
El FETA se dispuso mediante el Decreto 132/2022 del 19 de marzo del año pasado, “debido el aumento sostenido del precio de los alimentos” que “impactó fuertemente en el trigo, el maíz, el girasol y sus derivados a partir del inicio del conflicto bélico entre la Federación de Rusia y Ucrania”
La implementación de los precios subsidiados procura garantizar un valor de referencia para el trigo en el mercado interno, “que permita conservar una estabilidad en la participación de la bolsa de harina como componente del costo de los productos que de esta se derivan”.
El incremento de los precios de referencia de este mes, señala la resolución en sus considerandos, busca “mejorar el impacto de la herramienta tanto en la estructura de costos como en el producto al consumidor”.
Para ello, es “necesario aumentar la oferta de la harina con compensación en el mercado y, asimismo, actualizar sus valores para que sean consecuentes con la evolución del resto de los componentes del costo de los productos derivados de la harina de trigo”.
La financiación del fondo se obtiene a partir de lo recaudado tras la quita en marzo del año pasado del diferencial en las retenciones que tributaban los productos industrializados de soja respecto del poroto, equiparándose en el 33% que tributa este último.