Una argentina que eligió convertirse al islamismo y una dirigente de una organización de mujeres musulmanas derribaron mitos y prejuicios sobre su comunidad durante un encuentro organizado por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) que ellas protagonizaron para conmemorar el Día Internacional de la Islamofobia, donde destacaron el respeto y la convivencia pacífica con la que se vive en Argentina.
Amina Betsabé Rodríguez, secretaria de Educación de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Argentina, y Adila Ahmad, presidenta de la Layna Ahmadía, la organización de mujeres de esa comunidad, contestaron preguntas sobre su cotidianidad y costumbres, durante una reunión que se hizo esta semana en la sede del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
La islamofobia es definida por Naciones Unidas como “el miedo, los prejuicios y el odio hacia los musulmanes que conduce a la provocación, la hostilidad y la intolerancia mediante amenazas, acoso, abuso, incitación e intimidación de musulmanes y no musulmanes, tanto en el mundo en línea como fuera de ella”.
Y ONU ha destacado la necesidad de campañas y acciones de sensibilización pública sobre los musulmanes y el Islam destinadas a disipar los mitos negativos y las ideas erróneas, que relacionan a esta comunidad con el terrorismo y la violencia.
Dialogar, despejar dudas, conocer, escuchar fueron ejes del encuentro con las mujeres y con Greta Pena, titular del Inadi, que colocó un Corán sobre la mesa y leyó algunos párrafos relacionados con la paz y la tolerancia.
El Islam “no puede ser comprendido como una realidad dogmática en esencia o estrictamente sexista. Por eso las compañeras que están aquí son quienes nos tienen que decir cómo viven esta relación con el Islam”, dijo Pena.
Amina Betsabé Rodríguez tiene 25 años, es argentina; su familia vive en el oeste del conurbano bonaerense y es técnica electrónica.
“No soy musulmana de cuna. Era cristiana, como lo son mis padres. A lo largo de mi vida, hubo una serie de cosas que me fui planteando desde lo espiritual y doctrinal. Creía en un dios, pero no sentía que esa religión que profesaba me identificara. Buscando, llegué al Islam. Inicié mi camino como mujer musulmana, es como me siento honrada y doy un mejor servicio a la sociedad”, compartió la joven.
-Télam: ¿Fue difícil el proceso?
-Amina Betsabé (AB): No fue un proceso difícil. Cuando te impacta una fe, no es difícil. Fue un poco difícil quizás para mi entorno, pero no fue un conflicto, hubo que adaptar cuestiones familiares, de amistades. Yo ya llevaba una vida más o menos islámica, entre comillas, porque hay enseñanzas del Islam que son universales y que por más que nosotros no seamos personas religiosas, aun así, cumplimos con esas enseñanzas del sagrado Corán.
-T: ¿Qué tipo de desarrollos realiza como técnica electrónica?
-AB: Trabajo en una empresa que hace carrocerías de ambulancia, adentro hay paneles que controlan luces, baterías; hay productos, subproductos de electrónica en los que trabajo, también con electromedicina y seguridad. En el área de electrónica somos dos mujeres las que nos ocupamos de ese trabajo.
-T: ¿Hubo algún conflicto en el trabajo por su decisión de profesar una fe?
-AB:: No hubo ningún problema,
-T: ¿Ha vivido algún hecho discriminatorio?
-AB: Agradezco haber nacido en Argentina, donde hay tanta diversidad. No veo que me discriminen por mi vestimenta, también vemos monjas con sus vestimentas en la calle. No tuve situaciones de discriminación, lo que sí me pasa, en el tren, en el colectivo, es que me preguntan de donde soy, o por qué me visto así. Son oportunidades que me dan para poder expresarme, Es linda la conexión en esa diversidad.
En tanto, Adila Ahmad tiene 28 años, es belga, traductora y madre. Vivió en diferentes países, y también resaltó la convivencia en las diferencias en Argentina.
“Aquí, las preguntas vienen de un lugar de curiosidad. Cuando estoy en una fila, comprando algo, siempre sonrío para que la gente se acerque, para que charlemos. No debemos tener miedo de preguntar, si preguntamos de manera respetuosa. Siempre doy la bienvenida a las preguntas y me encanta poder responder. He vivido en muchos países, los argentinos son muy abiertos, les interesa saber. Es algo muy lindo porque cuando una conoce al otro podemos crear una comunidad, una sociedad que funcione bien”, valoró.
En Inadi han recibido denuncias sobre discriminación por la práctica del Islam, especialmente hacia mujeres, que fueron agredidas e insultadas por llevar la hiyab, asociadas a la violencia y el terrorismo.
El asesinato de Mahsan Amini por parte de las fuerzas de seguridad estatales en Irán por llevar mal el velo y las más de 100 víctimas asesinadas durante y con posterioridad a las protestas por este crimen, han puesto el tema de la vestimenta de las mujeres musulmanas y sus derechos, en la agenda mundial.
-T: ¿La vestimenta de las mujeres musulmanas genera prejuicios?
-Adila Ahmad: Hay una epidemia de prejuicios, y hay malentendidos en cuanto a la obligación del uso del velo. El velo para una mujer musulmana significa mucho más que una tela sobre el cuerpo, es una demostración física de sus deseos de querer vivir una vida con altos valores morales. Además es también una demostración física y abierta de ir en contra de la cosificación de la mujer. El Islam enseña que la mujer es mucho más que el cuerpo físico, es su personalidad, su trabajo, sus deseos, su èxito, es un recordatorio para la sociedad y para ella misma de que es mucho más que un ser físico.
En la organización que dirige Adila el objetivo es “intentar desarrollar nuestro vínculo espiritual y tener una participación activa y positiva en la sociedad a través de charlas, clases, actividades solidarias, lo hicimos durante la pandemia ayudando en comedores. El trabajo de la mujer no es sólo en el hogar, también es en la sociedad”, contó.
“Hacemos diálogos interreligiosos donde invitamos a mujeres de otras religiones, aprendemos unas de otras, podemos construir esos puentes de amor”, agregó.
-T: ¿Se identifica con el feminismo?
-AA: Si el feminismo es tener igual derechos que el hombre, igualdad de oportunidades, entonces soy refeminista.
Amira, en tanto, aclaró que “no se identifica como feminista”.
En Argentina no hay datos oficiales, pero se calcula que hay más de 50.000 practicantes del Islam entre más de 500.000 de musulmanes en el paìs, según un informe del Inadi.
La mayoría vive en el Área Metropolitana Buenos Aires. También hay comunidades grandes en el noroeste argentino, Tucumán, La Rioja, Salta, y también en Córdoba, Santa Fe, Neuquén y Rio Negro.
(Por Silvina Molina)
Fuente Télam