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El calor puede afectar la calidad del descanso nocturno y producir insomnio, según especialistas

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La calidad del descanso nocturno puede verse afectada por las altas temperaturas ya que con el calor “se pierde la regulación de la temperatura corporal y se alteran los mecanismos de mantenimiento del sueño”, lo que provoca insomnio y trastornos para dormir, y los especialistas destacaron la importancia de “ventilar los ambientes, mantenerse hidratados y no consumir alcohol ni realizar comidas copiosas antes de dormir”.

En el marco del Día Mundial del Sueño, que se celebra mañana, la directora de la Asociación Argentina de Medicina del Sueño, Stella Valiensi, destacó la importancia del sueño reparador, ya que “fortalece el sistema inmunológico e incrementa las defensas, protege el corazón, combate la depresión y nos recarga de energía para un mejor rendimiento en el día, además de hacernos ver más atractivos y vitales”.

Sin embargo, en referencia a los cortes de luz y las olas de calor ocurridas este verano, y que alcanzaron térmicas históricas para el mes de marzo, según el Servicio Meteorológico Nacional, la médica señaló que “cuando se pierde la regulación de la temperatura corporal ya sea porque es demasiado cálida o demasiado fría, puede traernos trastornos del sueño”.

“Mientras dormimos hay un descenso de temperatura en la madrugada, y si el ambiente es demasiado caluroso vamos a tardar más tiempo en perder esa temperatura. Por eso estos días de calor mucha gente que no suele tener insomnio lo ha tenido, porque nuestro organismo no está acostumbrado a ese cambio de temperatura”, explicó en diálogo con Télam.

En este sentido, el ambiente donde se duerme “tiene que estar más bien fresco y ventilado, con una temperatura entre 20 a 25 grados”, y para las mujeres menopáusicas, la especialista aconsejó el uso de ventiladores por encima del aire acondicionado para mantener una ventilación constante.

También recomendó “usar una ropa liviana y suelta, y mantener oscuridad también puede ayudar”, y aconsejó mantenerse “hidratados, bebiendo mucha agua o jugos de frutas, y que sean bebidas sin alcohol ya que a veces hay gente que cree que el alcohol va a inducir el sueño, pero en realidad es mucho peor”.

En coincidencia, el neumonólogo Daniel Pérez Chada, director de la Clínica del Sueño del Hospital Universitario Austral y presidente Fundación Argentina del Sueño, sostuvo que “si nuestra temperatura corporal es de 37 grados y estamos en un ambiente que es muy próximo a nuestra temperatura corporal, no podemos cederle temperatura al ambiente y perder calor. Eso hace que los mecanismos de conciliación y mantenimiento del sueño se vean alterados”.

Por eso añadió recomendaciones para evitar los trastornos del sueño por las altas temperaturas como “no hacer comidas copiosas o muy ricas en hidratos de carbono de noche, incluso en temperaturas normales, ya que en estas situaciones los efectos se ven amplificados por el hecho de que la temperatura ambiente es muy alta”.

En tanto, el médico y doctor en Ciencias Biológicas e investigador del Conicet Daniel Cardinali, aseguró a esta agencia que el insomnio, cuyo origen puede deberse al calor o bien a otros motivos, es “la primera causa de patología del sueño a nivel mundial que repercute de manera directa durante el día”.

“Esto tiene que ver con el estilo de vida de nuestra sociedad, que invade las horas y altera el sueño por la exposición a pantallas y horas de luz”, manifestó.

Asimismo, incluyó al estrés como “una causa muy importante de insomnio” que tiene que ver con “la sociedad en que vivimos, sobre todo en esta época post pandemia, en la que tiene que considerarse un verdadero cambio en la calidad del sueño”.

Otra de las principales problemáticas del sueño son las apneas, que se caracterizan por “pausas de la respiración durante el sueño”, cuyo principal manifestación es el ronquido, precisó Pérez Chada.

El especialista retomó un artículo publicado en la revista Journal of Thoracic Disease en 2015, donde se señala que la prevalencia de la AOS (apneas del sueño, por sus siglas en inglés) “aumentó con el tiempo, y en los últimos estudios se reportó en el 37% de los hombres y en el 50% de las mujeres”.

“Esto ocurre fundamentalmente en varones con sobrepeso, pero también en mujeres luego del climaterio y en personas que no tengan obesidad pero sí ciertas características faciales que favorecen la aparición de la apnea”, explicó.

Entre las consecuencias inmediatas, el médico identificó que en el mediano y largo plazo “hay una serie de consecuencias documentadas en el aparato cardiovascular con más tendencia a hipertensión arterial, arritmias, infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares (ACV)”, y llamó a consultar con especialistas para el tratamiento de esta afección.

En cuanto al abordaje del insomnio, Valiensi, Pérez Chada y Cardinali coincidieron en una serie de medidas tales como mantener los ambientes ventilados, tener un horario de descanso regular, y exponerse a la luz solar durante las horas del día y a la penumbra a la noche.

Esto se debe a que la luz solar “favorece los mecanismos de inducción natural del sueño en la melatonina, que es la hormona que regula los ciclos del sueño y la vigilia, y su producción está asociada a la penumbra”.

También recomendaron evitar las pantallas, dispositivos electrónicos y el ejercicio físico intenso antes de dormir, además de las siestas hacia el final del día.

Por último, recomendaron no tomar bebidas estimulantes o café después de las dos de la tarde si hay trastornos del sueño, e identificar la cama como “elemento fundamental para el sueño y de ninguna manera para, por ejemplo, el trabajo en una computadora”.

(Por Florencia Vaveluk) 

Fuente Télam

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