pf

Francisco restringe aún más las misas en latín, emblema de los conservadores

Compartí esta nota a través de :

El papa Francisco anunció hoy nuevas restricciones a la posibilidad de celebrar misas en latín, uno de los emblemas de los sectores conservadores de la Iglesia, al dar a conocer una disposición que obliga a los prelados de todo el mundo a informar al Vaticano antes de dar autorizaciones para las celebraciones con los ritos previos al Concilio Vaticano II.

A través de un Rescriptuim que amplía los alcances del decreto de 2021 “Traditionis custodes”, el Papa no solo confirmó la vigencia sino que amplió las restricciones a la misa en latín que había dispuesto hace dos años con una decisión que fue muy criticada por los sectores conservadores que incluso habían buscado mostrar al Papa emérito Benedicto XVI como contrario a la medida.

A partir del escrito dado a conocer este martes por la oficina de Prensa de la Santa Sede, todos los obispos del mundo deberán informar al Vaticano, antes de dispensar permisos para la celebración en latín.

Según el Rescriptum, Francisco mantiene en poder de la Sede Apostólica las dispensas para “el uso de una iglesia parroquial o la erección de una parroquia personal para la celebración celebración eucarística utilizando el Missale Romanum de 1962” y “la concesión de una licencia a los sacerdotes ordenados después de la publicación del Motu proprio Traditionis custodes para celebrar con el Missale Romanum de 1962”.

En el escrito de este martes, en un fuerte gesto de centralización de la autoridad, se recuerda que “como establece el art. 7 del Motu proprio Traditionis custodes, el Dicasterio para el Culto Divino Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ejerce la autoridad de la Santa Sede en los casos mencionados, supervisando la observancia de las disposiciones”.

El texto dado a conocer hoy por la oficina de Prensa de la Santa Sede mantiene así todo el poder del decreto de 2021 con el que Francisco criticó las formas de los sectores conservadores de la Iglesia al restringir la posibilidad de que los obispos de todo el mundo celebren misas en latín, un bastión simbólico de los tradicionalistas de la Iglesia, y reafirmó los principios progresistas del Concilio Vaticano II.

A través del motu proprio “Traditionis custodes”, el Papa decretó entonces y reafirmó hoy que los grupos conservadores no deben excluir la legitimidad de la reforma litúrgica, los dictados del Concilio Vaticano II y el Magisterio de los Pontífices y dejó reservada a ocasiones especiales la posibilidad de celebrar misa en latín admitidas en el Misal Romano de 1962, siete años anterior al Concilio.

Según el Papa, la posibilidad de regirse por los misales y ritos anteriores al Concilio de 1969 fue “una posibilidad usada para aumentar las distancias, endurecer las diferencias, construir oposiciones que hieren a la Iglesia y obstaculizan su camino, exponiéndola al riesgo de la división”.

En el escrito de 2021, la responsabilidad de regular la celebración según el rito preconciliar que defienden los tradicionalistas recaía sobre el obispo de cada diócesis.

“Es de su exclusiva competencia autorizar el uso del Missale Romanum de 1962 en la diócesis, siguiendo las orientaciones de la Sede Apostólica”, planteó Bergoglio entonces.

Hoy, sin embargo, Francisco agregó que los obispos deberán en todo caso informar a Roma antes de dar aprobaciones.

“Si un obispo diocesano ha concedido dispensas en los dos casos mencionados, está obligado a informar al Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos que evaluará los casos individuales”, sostuvo.

La restricción a la misa en latín había sido uno de los emblemas de los conservadores, que incluso llegaron a atribuirle al recientemente fallecido Benedicto XVI un malestar con la decisión que fue rechazado por el propio Francisco.

A los pocos días de la muerte de Benedicto, de hecho, su histórico secretario personal de Georg Gänswein planteó que el Papa emérito leyó el motu proprio ‘Traditionis Custodes’ del Papa “con dolor en el corazón”.

El marco de la decisión de 2021, según el Papa, es que con el uso extendido del Misal de 1962 el deseo de unidad ha sido “gravemente despreciado”, y las concesiones ofrecidas con magnanimidad han sido utilizadas “para aumentar distancias, endurecer diferencias, construir oposiciones que hieren a la Iglesia y obstaculizan su camino, exponiéndola al riesgo de la división”.

Fuente Télam

Scroll al inicio