Menos de tres minutos bastaron para que el invicto pluma santafesino Mirco Cuello saque del ring al peligroso dominicano Leivy Frías y que, como mínimo, certifique su condición de uno de los exponentes más prometedores del boxeo argentino.
Promesa, lo que se dice promesa, ya era antes de presentarse el sábado en Panamá (olímpico en Tokio 2021, récord de 9-0 y 8 KOs en el campo profesional), pero hasta entonces su palmarés carecía de nombres que excedieran los límites del tercer y el segundo nivel.
Algo similar sucedía con el dominicano Frías, cómo no, pero sus números de 12-0 y 10 KOs conllevaban el respeto al que se hace acreedor quien dispone de manos pesadas.
“Oposición sin riesgo, victoria sin gloria”, solía sentenciar Julio Ernesto Vila, maestro de los periodistas argentinos especializados en boxeo.
Pues bien: más temprano que tarde Cuello afrontó esos riesgos, fue dominado y recibió tres golpes netos, uno de los cuales dejó una marca debajo de su ojo derecho.
Aprobado el examen de la resistencia, demostrado que si toca sufrir, es capaz de sufrir sin que sufra mella la convicción en sus destrezas, Cuello se negó a declinar la media distancia y sobre la base de una cintura bien trabajada y variedad de descargas encontró el camino a un gran triunfo.
Bastó una derecha descendente para que Frías jamás volviera a la pelea: una caída, dos, tres, nocaut técnico y a otra cosa.
El muchacho nacido en Villa Constitución y criado en Arroyo Seco va de más a más desde el primer día que se calzó los guantes, al punto que formó parte del equipo nacional que fue medalla dorada en los Juegos de la Juventud de Buenos Aires 2018 e intervino en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Incluso todavía aspira a intervenir en otras competencias de carácter amateur, tales como los Juegos Panamericanos de Chile que se realizarán el corriente año y los Juegos Olímpicos de París 2024.
¿Pueden coexistir tales anhelos con su ascendente ubicación en el ranking de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB)?
En sentido es estricto, pueden, en la medida que así lo consienten la laxitud y la hibridez de las normativas del pugilismo aficionado y el profesional, pero en rigor esas derivas atañen más a las importantes decisiones que deberá consensuar con su entrenador Mariano Carrera y su manager Sampson Lewcowicz.
Cuello, interesante mixtura del peleador que boxea y el boxeador que pelea, transmite la sensación de que bien llevado y direccionado, sin premuras, está para grandes cosas.
Por ejemplo, el campeonato mundial pluma que hoy ostenta el terrenal británico Leigh Wood (26-2) con una defensa en la agenda prevista frente azteca Mauricio Lara el 18 de febrero próximo en Nottingham.
A sus 22 años Mirco Cuello se desenvuelve en el campo rentado desde noviembre de 2020 y uno de los detalles singulares de su travesía reside en que de sus diez combates un total de seis los afrontó en el exterior, toda vez que debutó en los Estados Unidos, repitió en la tierra del Tio Sam y asimismo sacó adelante otros dos compromisos en Colombia, uno en México y desde el sábado último uno en Panamá.
Antes del dominicano Frías su oponente más encumbrado había sido el venezolano Leonardo Padilla (hoy con foja de 21-5), al que noqueó en dos vueltas en junio de 2022 en el Casino de Buenos Aires.
Un crack no madura de un día para el otro, desde luego, pero Cuello insinúa ese no sé qué de los cracks.
(Por Walter Vargas).-
Fuente Télam