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Ocho de los diez países de América del Sur tuvieron más inflación en 2022 que en 2021

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La mayoría de los países de América del Sur, con excepción de Brasil y Venezuela, tuvieron en 2022 una inflación superior a la de 2021, de acuerdo con un relevamiento de los respectivos entes estadísticos, aunque con una tendencia descendente en los últimos meses del año, en lo que se llegaron a registrar casos de deflación en Brasil, Paraguay y Uruguay.

Bolivia conservó en 2022 la condición de país con la menor inflación de Sudamérica, pero con un alza del 0,90% al 3,12%, en tanto Ecuador siguió ubicándose en el segundo lugar, pasando del 1,94% en 2021 al 3,74% el año pasado.

Los cambios en las posiciones comienzan con Brasil, tercero en 2022 con el 5,79% luego de ser octavo el año anterior con 10,06%, desplazando al cuarto puesto a Paraguay, que tuvo un alza del 6,8% al 8,1%.

El quinto país en 2002 fue Uruguay con una inflación del 8,29% (fue séptimo en 2021 con un 7,96%) y el sexto Perú, con un alza de precios minoristas del 8,56% (quinto en 2021 con 6,99%).

Chile se había situado en el sexto puesto en 2021 con el 7,2% de inflación, frente al 12,8% que lo llevó al séptimo lugar el año pasado, mientras que Colombia pasó de la tercera a la octava posición, al incrementar el índice de precios al consumidor del 5,62% al 13,12%.

La Argentina se mantuvo en el noveno puesto y pasó del 50,9% en 2021 al 94,8 en 2022, mientras que a Venezuela no le bastó haber reducido su tasa de inflación a menos de la mitad para dejar de ser el país de la región con el mayor índice de precios, al pasar del 660% al 305,7%, según datos alternativos del Observatorio Venezolano de Finanzas (el Banco Central de Venezuela sólo tiene datos de inflación hasta octubre del año pasado).

El principal componente de los aumentos generalizados de los precios en los países de la región fueron los alimentos, con algunas particularidades como el transporte en Chile, Colombia y Perú, la indumentaria en la Argentina, los restaurantes y servicios de alojamiento en Uruguay y los servicios de salud y cuidado personal en Brasil.

“Lo que tuvimos en el año pasado fue una suba fuerte del precio de los alimentos como consecuencia de la guerra (entre Rusia y Ucrania)”, explicó a Télam Sebastián Menescaldi, director de EcoGo Consultores, en particular en los casos del trigo y el girasol, a lo que agregó “los incrementos en los costos de transporte, que impactaron negativamente en toda América Latina”.

Lo señalado por Menescaldi se refleja en los números aportados por los diferentes entes oficiales de estadística de cada país, con casos en los que el rubro de alimentos más que duplicó al nivel general de inflación.

Es el caso de Chile, con una inflación del 12,8% y un aumento del rubro “Alimentos y bebidas no alcohólicas” del 24,7%, Colombia (13,12% y 27,81%), Perú (8,56% y 15,22%) y Brasil (5,79% y 11,64%, respectivamente).

“A eso se sumó la depreciación de las monedas locales, que provocó un aumento de los precios a nivel general y determinó que toda la región tuviera subas en las tasas de interés para empezar a combatir una inflación que ya se está empezando a desinflar, con un menor impacto en los últimos meses y que también se va a desacelerar en 2023”, pronosticó.

Ese comportamiento se reflejó en la mayoría de los países del subcontinente, que concentraron el grueso de la inflación del año en la primera mitad y ya en el segundo semestre evidenciaron una atenuación de los índices.

Tal es el caso de Paraguay, que redujo su tasa interanual del 11,8% en abril al 8,1% en diciembre, o Brasil, que en el mismo lapso la contrajo de 12,13% al 5,79%.

En Brasil, la deflación que tuvo en el tercer trimestre (-0,68% en julio, -0,36% en agosto y -0,29% el septiembre) fue decisiva para transformarlo del país con mayor inflación de Sudamérica después de Venezuela y Argentina a uno de los índices más bajos, después de Bolivia y Ecuador.

El factor principal para esa baja fue el recorte en el precio de los combustibles, al punto que en todo 2022 el rubro “Transportes” registró una caída del 1,29%.

Para el economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), Juan Luis Bour, las razones del regreso de la inflación en América del Sur se encuentran “en primer lugar, en que la mayoría de los países tuvieron una fuerte expansión fiscal en 2021”, a partir del incremento de las partidas destinadas a atender la emergencia por la pandemia de coronavirus.

“Si no se ajusta a tiempo, eso derrama en inflación”, acotó en declaraciones a Télam, para agregar que “lo relevante es que algunos están corrigiendo con políticas más duraderas, como Uruguay”, además de destacar que “Brasil ajustó muy fuerte su política monetaria y bajó impuestos, lo que hace la diferencia” para explicar la reducción de la inflación interanual a menos de la mitad en ocho meses.

Menescaldi aportó una visión diferente, ya que sostuvo que “los países de América Latina no emitieron moneda para financiar el déficit, sino que en general emitieron deuda, con excepción de la Argentina, por la falta de crédito que tiene el país”.

“La mayor parte de la emisión fue global a través de Estados Unidos, que eso sí generó inflación porque no había tantos activos para tantos dólares en el mundo”, completó.

No obstante, Bour advirtió que, si bien el conflicto entre Rusia y Ucrania influyó en la suba de los precios de alimentos y energía, “la inflación ya venía dándose desde fines de 2021”, antes del inicio de la guerra.

(Por Marcelo Bátiz)

Fuente Télam

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