El registro de armas de fuego creció 474% en Brasil durante el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, que flexibilizó las reglas para la adquisición de armamento y defiende que la población civil tenga total libertad para circular armada, según datos oficiales divulgados hoy por una ONG.
“Un pueblo armado no será esclavizado”, es una de las frases de campaña de Bolsonaro con vistas a su reelección en los comicios del 2 de octubre próximo para defender su alineamiento a la política de liberación de uso y portación de armamento, sobre todo en el ámbito rural, dado que el sector del agronegocio es uno de sus bases electorales.
Los datos, difundidos por la ONG Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), provienen del Ejército y tienen en consideración registros para actividades de cazadores, tiradores deportivos y coleccionadores (CAC) hasta el 1 de julio de 2022 y desde que asumió Bolsonaro, el 1 de enero de 2019.
Actualmente, existen 673.800 registros de armas de fuego: de cada 100.000 brasileños, 314 tienen autorización.
En 2018, antes de asumir Bolsonaro, el número de personas con registro de autorización para armas era de 117.500, 56 cada 100.000 habitantes.
“Hay un aumento descontrolado”, dice el informe de los investigadores del Foro de Seguridad Pública, una entidad no gubernamental que trabaja con datos oficiales.
El corazón del bolsonarismo y la ultraderecha tradicional brasileña -también vinculada al ruralismo- es la región sur, que limita con las provincias argentinas de Corrientes y de Misiones.
A pesar de tener el 14% de la población brasileña, la región sur compuesta por los estados de Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná tiene el 25% de los registros de armas de Brasil.
Fuente Télam